La Alquimia es fusión, es el arte de la transmutación y del cambio. Los alquimistas, mentes brillantes que la humanidad ha tenido como son Roger Bacon, Isaac Newton, Alberto Magno, Paracelso entre otros, tomaron consciencia que toda la materia puede ser transmutada, cambiada y mejorada; y es más, el ser humano y sus energías también pueden ser cambiadas, transformadas y elevadas.

Es en este punto en donde nosotros nos vamos a centrar, ya que en el pasado la mayoría de los alquimistas buscaba la famosa piedra filosofal, para alcanzar ese gran logro de convertir los metales en oro.

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En la Edad Media o aún antes de ese tiempo, la vida era muy dura, y realmente la búsqueda del oro era un propósito y meta para muchos, del cual se empleaba mucha energía. Hace apenas 200 o 300 años atrás, el promedio de vida era de 30 a 40 años, se trabajaba mucho y no había tiempo para casi nada, por lo tanto, aquellos que tenían la oportunidad de estudiar, de explorar estos conocimientos místicos y esotéricos; realmente lo hacían con un afán tremendo. Muchos estudiaban la alquimia, principalmente para encontrar la capacidad de transmutar los metales, otro de los atractivos era la medicina universal y por último, la piedra prometía alcanzar la supra consciencia o unión con Dios, que viene siendo la inmortalidad misma.

En otros aspectos ya de forma más procesada y trabajada, la piedra filosofal era el producto máximo que la Alquimia nos podía brindar. En lo que se refiere a mi persona, no soy alguien que aún haya conseguido la piedra, pero no he descartado que en poco tiempo o en esta vida, pudiese llegar hacerlo. Desde hace muchos años continúo de forma persistente, esa búsqueda por alcanzar ese elixir de la vida, que también se le ha llamado el Santo Grial. Hoy en día tenemos mucho más conocimientos, y lo que buscamos es mucho más grande.

Cuando los alquimistas alcanzaban la transmutación de los metales en oro, era algo que ya no tenía importancia, como es el caso del famoso Nicolás Flamel. Él era un copista del siglo XIV  que  carecía de fondos, y un día, llegó a sus manos un libro llamado Abraham El Viejo, el cual era un libro de alquimia. Comenzó a leerlo, a ir descubriendo los secretos de la alquimia y gracias a sus estudios, pudo desvelar el proceso de la transmutación de oro. Llegó a ser muy reconocido por sus múltiples obras benéficas, porque Iglesia gótica que se construía, él depositaba oro, dinero y apoyos económicos, y las mismas acciones realizaba con los hospitales.

Existen por el mundo grandes pruebas de esos beneficios que realizaron Nicolás y su esposa Pernelle, y ni qué hablar de Paracelso y sus increíbles y  extraordinarias proezas. No nos olvidemos del Conde Saint Germain, un personaje del cual se tienen muchísimas pruebas de su existencia, hablaba más de 7 idiomas, tocaba diferentes instrumentos musicales y jamás envejecía. Existen pruebas de una niña que lo conoció, lo dejó de ver durante muchos años de su vida y se reencontró con él cuando ella ya era una anciana; y resultó ser que el Conde se encontraba en la misma forma y en el mismo estado en el que ella lo había conocido. Él mismo afirmaba que tenía el secreto de la vida eterna.

Hoy en día aunque nosotros nos cuesten creerlo, existen personas en este mundo, que han alcanzado ese secreto de la inmortalidad.  Para aquellos que creen que esto es una locura, una fantasía y dicen llamarse cristianos, déjenme decirles que se están contradiciendo; porque Jesús alcanzo la inmortalidad. Jesús alcanzó ese estado crístico al cual puede ser completamente analógico a esta representación de la piedra filosofal o Santo Grial.

Después de haber hablado sobre lo importante que ha acontecido y sucedido en la humanidad respecto a la alquimia, vamos a recurrir a este libro al cual yo recomiendo mucho, porque fue de los primeros que llegaron a mis manos, y hasta hoy en día, sigue siendo un libro de apoyo que jamás suelto. Es un libro de cabecera.

Quiero comenzar leyendo esta introducción que está en el libro y hacer un breve análisis, ir mencionando algunas frases para analizarlas y que tengamos una mayor idea de lo que es la Alquimia, lo que nos propone, y cuáles son las condiciones que necesitamos para saber si estamos dispuestos en esta vida a entregarnos a ella. Inicio entonces con la lectura de La Gran Obra de Grillot de Grivy escrita hace más de un siglo y dice así:

Por encima de nosotros, en las esferas eternas de las que emanan la luz y la vida, reina el misterio insondable y espléndido del Absoluto.

El Absoluto circunscribe nuestro ser como los pétalos de un capullo y ciñe el círculo estrecho de nuestros conceptos precisos; en toda cosa ha impreso su sello.

Nos está diciendo que existe algo dentro, a nuestro alrededor y afuera, del cual hay un gran misterio y que la mayoría no nos hemos dado cuenta, y que es sumamente poderoso.

Desconocido y tenebroso para los que no poseen la ciencia, es un velo que oculta la causa primera y que se alza ante los iniciados.

¡Bienaventurado el que haya sabido desgarrarlo antes de la hora! Pues la luz que conozca ya no le cegará con su visión inesperada.

Pero que teman aquellos que se hayan complacido en lo inexistente; que sea el guardián del umbral quien se vea obligado a descorrerlo por sí mismo.

Entonces, a la vista de lo que nunca habían sospechado, de lo que quizás habían despreciado, caerán, aniquilados en las profundidades del abismo donde, no teniendo ya conciencia de ellos mismos, perderán su entidad y no se volverán a encontrar nunca.

Si deseas empezar la gran obra, no debes depositar tu felicidad y tus metas, en las cosas vanas, superfluas y materiales de la vida. Debes de ir en la búsqueda de la piedra filosofal con una actitud espiritual, y de ir más allá de las cosas materiales.

¡Ay del apocamiento y la parvedad de los doctos en este instante decisivo! ¡Qué aflicción por los actos no cumplidos, por los proyectos no realizados! ¡Cuántos, no pudiendo reparar las omisiones y los errores, deberán aceptar su realización definitiva imperfectos, incompletos, impuros!

Sígueme pues, discípulo mío, en la vía del Absoluto que voy a enseñarte; sígueme, y te prometo que un día ceñirás a tu frente la corona de luz, la diadema de oro de los sabios reservada a quienes, durante su vida, hayan realizado la obra que resume toda obra.

Muchos han oído hablar de la Gran Obra. Algunos se proponen consagrarse a ella. Pero muy pocos abordan su búsqueda.

Todos dicen: “Más tarde, cuando hayamos conseguido tiempo y tranquilidad”. Pero el tiempo y la tranquilidad no llegan nunca, en tanto que el Absoluto te reclamará sin falta puesto que de él emanas.

¡Ay! ¿Podrías pasar sobre esta tierra, tú que ya has mendigado la sabiduría a tantos hombres que no la poseían, sin haber descifrado el enigma, sin haber penetrado el secreto insuperable que conocieron algunos de nuestros abuelos?

¡La Gran Obra! ¡La Gran Obra! Prestigioso vocablo. Esplendor fulgurante. Así pues algunos habrían contemplado esta maravilla en los tiempos pasados, la habrían poseído integralmente. Y tú, ¿la dejarás inexplicada en los libros?

Y en el más allá, dotado entonces con la plenitud de tu lucidez perceptiva, verías la falange triunfante de los sabios, inundados de una alegría radiante y plena de dicha y felicidad, deleitarse con la PIEDRA DE LOS FILÓSOFOS1, alimentarse con ella eternamente, mientras que tú no tendrías parte alguna en este festín.

Es una introducción inquietante si hemos puesto atención, ya que nos dice que aquellos que no estamos en el búsqueda de la piedra filosofal, de ese encuentro con lo elevado, superior y místico, y que solo nos complacemos en este reino de ilusión; tendremos una vida mortal, mediocre y llena de dolor. Este tipo de vida lo conocemos muy bien, porque es lo que hasta el momento nosotros hemos aprendido, y no solo lo que ha trascurrido en esta vida, para aquellos que hemos hecho regresiones lo hemos visto múltiples veces, vida tras vida repetir los mismos patrones, padecer las mismas experiencias y encontrarnos con que ese despertar todavía no se presenta.

Es real que la naturaleza nos lleva poco a poco a ese encuentro con lo divino, pero díganme, ¿quieren esperar 10,000 años más para que su alma se complete? porque para la naturaleza diez mil años no es mucho tiempo, ya que sabe que sus procesos requieren tiempo. Para muchos otros, este tiempo mencionado sigue siendo poco. A partir de esto, nosotros tenemos dos opciones, dejamos que las riendas las tome la naturaleza, o podemos nosotros mismos podemos tomar las riendas de nuestra evolución para conseguir todo en una sola vida. En pocos años se empezarían a notar los cambios para las almas crecidas y desarrolladas, y sé que muchos de ustedes ya cuentan con esa inquietud  de querer vivir de forma pronta los primeros progresos de la Alquimia.

Por lo pronto, vamos entrar de lleno a  estos elementos alquímicos que todos los alquimistas siempre nos han hablado. Nos referimos al azufre, el mercurio y la sal, que son los tres elementos principales y fundamentales de la Alquimia.

La mayoría de los alquimistas que se inician en este saber, lo hacen desde  un laboratorio trabajando con estos tres elementos, y poco a poco van descubriendo que estos elementos, no son la base de la verdadera piedra de los filósofos. La base de la verdadera piedra filosofal se encuentra en nosotros mismos, y somos nosotros quienes contamos con los elementos, pero tenemos que trabajar con ellos.

Para poder lograr ese trabajo de La Gran Obra, esta nos dice:

Envuélvete en la indiferencia como un manto esa es la clave de la vida mágica”.

Esto nos dice que si nosotros seguimos completamente poniendo nuestra atención hacia el mundo de la ilusión y lo externo, nuestras energías están siendo disipadas, derramadas, y ese trabajo interno no se realizará. Por ende la piedra no se va a concretar en una sola vida. La naturaleza se encarga de irnos marcando el camino, pero a ese paso tardará unos miles de años. Si nosotros estamos buscando acelerar el proceso, tenemos que practicar el hábito que hace un monje, que es esa condición y actitud que es estar permanentemente consciente de aquello que pienso, siento y hago, y no dejarme llevar por los prejuicios y la crítica. Eso es envolverse en la indiferencia, y es estar atento a los propios procesos que se están desarrollando y gestando.

Aceptar una vida oscura cuando se está sediento de gloria, es el summum de la perfección alquímica”

Esto nos dice que todo alquimista busca la inmortalidad, la unión con Dios, alcanzar lo máximo a lo cual nosotros estamos destinados (que es la máxima grandeza); sin embargo, el camino es solitario, es ir hacia adentro sin aprobación, ni aplausos de la gente, y mucho menos esperar el reconocimiento.

Desdeña a la multitud, desdeña al pueblo, desdeña a la masa; huye de los rostros patibularios. Únicamente el ser excepcional es digno de tu interés”.

No está refiriéndose a que la gente nos fastidie, o que tenemos que terminar completamente alejándonos de las personas, nos dice que ellos no deben ni tienen que tener el poder en nosotros. Eso es desdeñar, es algo fácil de decir y difícil de lograr. La reputación no tiene importancia alguna, únicamente importa el testimonio de la consciencia, cuanta energía, esmero y esfuerzo le dedicamos. Si a nosotros nos gusta exhibirnos y ser protagonistas para que los demás piensen bien de nosotros, es energía que estamos derrochando y que detiene todo proceso alquímico, toda sublimación y crecimiento espiritual.

 “Tú eres la materia misma de la gran obra: albifícate, espiritualízate, purifica tu astralidad, sepárate de las sombras cimmcrianas”.

“Si sigues siendo un hombre vulgar nunca llegaras a ser un sabio”

Esto que se ha mencionado es de vital importancia. Observen con detenimiento las cosas  que son populares y a lo que la mayoría de la gente  le presta atención, porque por ese camino que ellos llevan, no es de La Gran Obra.

En estos momentos así es como se vive. Este mundo en el cual habitamos, no es Dios el que rige y gobierna. El mismo Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo” y aunque no lo crean, la corriente que se está siguiendo en este planeta se llama satanismo. Estoy  consciente que esto puede sonar muy duro, porque creemos que el satanismo es ejecutar sacrificios, adorar al diablo y a la estrella invertida, pero la realidad es completamente diferente. El satanismo es rendir culto a la materia y a eso se le llama ser satanista. La palabra satán significa adversario, y el enemigo del Espíritu es la materia.

Por lo tanto, si hacemos un dios de las cosas materiales, sin darnos cuenta, estamos siendo satanistas, creyendo que somos muy cercanos a Dios cuando la realidad es otra. Con todo esto no me refiero a que la materia sea negativa, solo busco dejar muy en claro que la materia no puede ser puesta en primer lugar. Todo emana y surge de esos reinos espirituales, porque es ahí a donde debemos dirigirnos, es donde se encuentra la fuente, la sabiduría, la verdad y el encuentro con todos esos tesoros que nos están aguardan por nuestra llegada.

La transmutación debe operarse en tu alma. Reza primero y la fe inundara tu alma. Algo importante que también nos dice la gran obra es: ” De arriba es donde debes hacer descender el fuego filosófico”. Vamos a ir revelando más sobre la alquimia para que empiece a quedar más claro lo que estamos diciendo.

“No obtendrás este fuego enigmático sino mediante un maravilloso esfuerzo de voluntad y con una ardiente súplica.

Que sean puras tus manos y tus intenciones,  ese influjo astral la chispa generada en el cielo sin el nada puedes consumar, tú debes ser el templo de este espíritu ardiente que opera grandes cosas, y si sabes provocar la corriente magnética que debe establecerse entre ti y las esferas superiores, posees el magisterio”.

Los alquimistas debían y tenían que tener un laboratorio para estar encerrados, atentos, y no disipar su energía en las cosas del mundo.  Se encontraban cuidando el fuego, los elementos químicos y realizando diferentes tipos de combinaciones, pero es ahí donde realmente se encontraba la piedra. Nosotros somos el mismo atanor y nuestro cuerpo energético encierra esas verdades. ¿Qué es lo que principalmente destaca en nuestro cuerpo energético? los chacras o lotos (que son 7), si tienen conocimiento de esto saben a lo que me refiero y si no, los invito a que se informen un poco más de estos centros, que deben estar armonizados y alineados para lograr cierto desarrollo.

Los tres primeros centros corresponden a la tierra, agua y fuego, y se encuentran en total desequilibrio. El efecto negativo que tiene sobre nosotros es enorme por eso vivimos de una forma bipolar, antagónica, desequilibrante, visceral.

La parte física representada por el primer centro, tiene que estar en equilibrio, y se debe tener una vida ordenada donde no se tenga dificultades con la materia, y mucho menos que te encuentres sin realización material. Si este centro se encuentra bloqueado, día con día se levantarán con enormes preocupaciones, como por ejemplo, si no tienen que darle de comer a sus hijos o a ustedes mismos. Si no son independientes, significa que no está lo suficientemente armonizado, alineado y desarrollado, y por lo tanto, hay que trabajar en esos aspectos. Dejemos de lado ponernos como meta principal el llenarnos de riquezas, de grandes lujos y placeres, porque tiene que haber un punto medio para sentirnos en paz. Es lo que se pide para ese centro.

El segundo centro es el de las emociones, la sexualidad, la vitalidad,  debe de estar en óptimas condiciones y tener equilibrado esos aspectos. El tercer centro es el de la voluntad, la determinación y la disciplina. Así como los centros anteriores tiene que estar ordenado y  equilibrado. Que aquello que pensemos, lo expresemos y manifestemos. Muchas personas tienen ese mal hábito de decir: mañana haré esto o llegaré a tal hora y nunca no lo hacen.

Debemos de ser uno cuando hay una propuesta, una afirmación y una intención a ser plasmada y manifestada. Así debe de ser en el plano material, emocional y mental. Cuando ya existe cierto orden y equilibrio en nosotros, se presenta el amor que comienza abrirse y a expandirse por sí solo. Es  sólo cuestión de dejar que fluya y de ir soltando los miedos, no debemos dejar que estos nos bloqueen y obstaculicen el corazón. Si existe un equilibrio en los tres primeros centros, el amor se va hacer presente, solo hay que soltarse y al mismo tiempo, tener una actitud pasiva pero activa, en el sentido que hago lo que me corresponde, pero fluyo sin preocupación alguna. Después de haber logrado esa armonía y estabilidad con los cuatro elementos de la alquimia, viene el quinto elemento.

Es fundamental saber de donde surge la astralidad y famoso mercurio. Cuando hablamos de mercurio, nos referimos al prana, al ki, al chi. También se le ha llamado el orgón como lo ha mencionado el psicoanalista Wilhelm Reich. Esta energía se encuentra a nuestro alrededor y no hemos sabido aprovecharla al máximo. Existe otra energía de la cual nos estamos beneficiando y no nos damos cuenta, a esta se le llama átomo solar porque proviene del mismo sol y ese es el mercurio que tenemos que captar. Lo incorporamos principalmente a través de los alimentos vivos como lo son los vegetales y frutas que contienen una gran carga de energía de prana.

Pero la forma más pura de ir incorporando esta energía vital, es la respiración. El problema es que no respiramos bien, ni de forma consciente, por lo tanto, nuestra respiración es superficial. Tenemos que asegurarnos que ese mercurio o prana llegue a los centros inferiores. Es fundamental que llegue al segundo centro porque es ahí donde se encuentra el famoso azufre.

En el quinto chacra (que se encuentra ubicado en la garganta) existe un famoso cartílago laríngeo que tiene cierto parecido a una piedra, y principalmente tiene más predominancia en los hombres. Se le conoce como  la manzana de Adán, y la relevancia de este centro, es importante.

Nosotros incorporamos el ki a través de la respiración y debemos llevarla al segundo centro, que se le ha llamado rocío de mayo. Los alquimistas nos dicen que esa energía tiene que llegar a ese centro, que también se le ha llamado hara porque es ahí donde se encuentra el centro de la vida. Debe de estar lleno de ese mercurio y de esta forma empezaremos a  darnos cuenta que nos encontramos muy energizados, con mucha vitalidad y grandes deseos sexuales. La mayoría pensaría que al sentir este deseo sexual habría que  salir corriendo a buscar a nuestra pareja para satisfacerlo, pero ese no es el camino. Lo que se debe  lograr es  hacer sublimar esa energía sexual, la cual es el azufre. Lo fijo tiene que ir volviéndose volátil y no tiene que derramarse hacia afuera, debe elevarse y llegar hasta donde se encuentra la manzana de Adán.

Todo esto concuerda con lo que siempre nos ha mencionado la Biblia, serpiente, manzana, Adán, tentación, paraíso. Todos estos son secretos que siempre han estado a los ojos de todo el mundo, pero nadie los ve. El mismo Jesús ha hablado de forma permanente de la alquimia y nadie se ha dado cuenta. Las iglesias góticas están llenas de mensajes alquímicos que no muchos saben descifrar.

Una excepción de ello ha sido el alquimista Fulcanelli, ya que en su libro El misterio de las catedrales, él nos explicaba los mensajes escondidos en las catedrales. Es un alquimista de nuestros tiempos que aún se encuentra con vida. Existen una gran cantidad de  alquimistas que se encuentran vivos desde hace cientos de años. Un ejemplo de ello sería el mismo Saint Germain.

Como todos bien sabemos la Alquimia siempre ha sido secreta. Hermes Trismegisto fue el gran iniciado egipcio que nos dio  a conocer la afamada Tabla de Esmeralda, que es la gran síntesis de la alquimia. De Hermes viene la palabra hermético, y en un pasado no era tan factible hablar de estos temas secretos. Hoy en día ya entramos a una nueva frecuencia energética y se nos ha permitido empezar hablar, e inclusive, darle la oportunidad a todas las personas para que comiencen a practicarlo.

Como bien decíamos, la energía sexual tiene que elevarse y sublimarse. No es un trabajo sencillo. Ustedes mismos se han dado cuenta si controlan su energía sexual, o lo sexual es quien los controla a ustedes. En estos tiempos, el mundo, la sociedad y la mercadotecnia se basan en el sexo, y esto es así porque es lo que maneja el hombre. No tenemos control de lo sexual (y no que es que sea malo), el problema es que el poder lo tiene el sexo, cuando el poder deberíamos de tenerlo nosotros.

La barca de Noé es una alegoría alquímica, porque todo se realizó en un lugar cerrado, juntando macho y hembra dentro de una barca.   Las inundaciones también son una alegoría y un texto alquímico. Sólo los que los tenemos ojos para ver, lo estamos viendo y escuchando. El mismo Jesús hacía referencia a estas cosas.

Mateo 13, 10-17

“Los discípulos se acercaron y preguntaron a Jesús: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Jesús les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.  Por eso les hablo en parábolas, porque miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden.  En ellos se verifica la profecía de Isaías: Por más que oigan no entenderán, y por más que miren no verán.  Este es un pueblo de conciencia endurecida. Sus oídos no saben escuchar, sus ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón… Pero con eso habría conversión y yo los sanaría. ¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!; ¡dichosos los oídos de ustedes, que oyen! Yo se lo digo: muchos profetas y muchas personas santas ansiaron ver lo que ustedes están viendo, y no lo vieron; desearon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron.”

Nosotros somos el resto de las personas que no lo comprenden, pero ya es momento de salirnos de esa ignorancia y poner atención a ese trabajo que Jesús enseño a sus discípulos; ya que él mismo fue el que los llevó a esa iluminación y trascendencia.

Existe una respiración que debemos realizar para que el mercurio llegue al azufre, y  se le ha llamado respiración alquímica. Debe ser practicado a diario, por lo menos de 15 o 20 minutos para revitalizar y fortalecer ese segundo chacra. Principalmente se realiza en cuatro tiempos.

En primera instancia hundo mi panza sin inhalar. Segundo, inhalo, pongo mi atención en el quinto chacra cuando estoy inhalando, sostengo el aire, hago pancita y bajo ese prana al abdomen y visualizo al segundo centro. La visualización es importante porque se le está dando una orden a la energía, al atanor y al cuerpo energético que existe en mí, para que absorba esa energía. Tercero  exhalo y visualizo que esa energía mezclada con el azufre y con la energía sexual del segundo centro, se eleva y se fija en la garganta.

Parece complicado pero no lo es. Solo recordemos: hundo, inhalo, bajo y exhalo. Siempre poniendo atención en la garganta, en el segundo centro, y de nuevo en la garganta. Es una práctica sumamente revitalizadora. No por nada se le ha llamado la respiración alquímica. Es la respiración que los bebés tienen cuando nacen. Si hay grandes alquimistas son los bebés menores de un año. La alquimia está en ellos de forma permanente, solo les falta la consciencia, y cuando llega la consciencia, lamentablemente se echan a perder.

Por lo tanto, cuando tengan relaciones sexuales, pongan en práctica la sublimación llevando esa energía sexual al 5to chacra. A eso se llama alquimia sexual o tantra yoga que es la práctica de no solo estar disfrutando del amor y del cuerpo de mi pareja, sino que a su vez estoy elevando la energía al quinto chacra. A la energía sexual se le ha simbolizado como una serpiente, pero no es malévola como nos han hecho creer.

El caduceo de Hermes, es símbolo de la medicina universal y tiene una serpiente enroscada en una vara. La kundalini es una serpiente se encuentra enroscada en el sacro. ¿Qué pasaría si despierta y asciende? la vara representa a la columna vertebral, y poco a poco despertaríamos ese quinto elemento, esa astralidad que nos permite conectarnos con la piedra filosofal, que es la consciencia y la visión de que todos somos uno.

Nuestra palabra se vuelve sumamente creadora. Dios dijo: hágase la luz y se hizo dice el génesis. La palabra es lo primero en el quinto centro y en donde se encuentra la manzana de Adán. Ese chacra tiene que ser robustecido por el mercurio alquímico, que es aquél que se ha fusionado con el azufre que se encuentra en el segundo centro.  Al casarse volátil y lo fijo se unifican en la respiración, y con la intención de ascensión, los fijo en el quinto chacra. Por lo tanto, el centro se va desarrollando y mi palabra toma enorme fuerza.

Para que esto ocurra con éxito, primeramente se debe haber realizado una previa alineación de los tres primeros centros. Tiene que haber un importante trabajo espiritual, porque si realizo este ejercicio y mi vida es desequilibrada y llena de carencias, lo puedo realizar sin resultado alguno. En cambio, si mi vida es equilibrada en esos tres aspectos que hemos nombrado, y empiezo  practicar de forma consciente, me iré trasformando en un iniciado e iré descubriendo ese poder que se manifiesta en mí. Empezaré a tener experiencias y manifestaciones místicas,  mi palabra tendrá una fuerza que lo que digo se materializa. Esto puede tardar meses o años pero un maestro realizado lo materializa al instante.

En la India estos poderes son muy conocidos, ya que los  maestros de este país eran reconocidos por el poder de materializar lo que expresaban.

Mencionaré otro ejercicio que sirve para despertar el quinto chacra. Este centro hay que ir alimentándolo de esa energía sexual, sublimándola y fijándola, pero previo a esto, la energía del segundo chacra debe de estar alimentada por el prana. El mecanismo es simple, lo volátil lo hago fijo, después lo sublimo y lo asciendo hasta el quinto chacra. La serpiente asciende por la columna vertebral cuando hay cierto desarrollo del quinto chacra. Para activarlo, necesito ese destello de luz. Se ha visto que la vibración puede producir esa catarsis, que active y nos vuelva conscientes de que la piedra filosofal comienza  a estar en nosotros.

El ejercicio se realiza de la siguiente manera. Es una m nasal. Tengo que sentir la vibración en la garganta. Hay que hacerlo al exhalar y al inhalar. Es más difícil al inhalar pero no es imposible. Tiene que sonar como un zumbido de una abeja.

La abeja es una gran alquimista porque ella va a buscar el polen a la flor, y la flor es el órgano sexual de la planta. A través del aire, lo lleva a su colmena y logra ese elixir sagrado que es la jalea real. Estos néctares no caducan, y es bien sabido que la miel no se echa a perder. Es algo extraordinario porque pareciera que es algo eterno. Muy pocas veces se ve eso en la naturaleza. Este es un hermoso ejemplo para tomar consciencia de la alquimia que existe en la naturaleza.

No es poco lo que hemos estado diciendo sobre la alquimia. Como ustedes pueden ver, los alquimistas son sumamente complicados, cerrados y jamás van a hablar de forma tan directa de todo esto. Ellos saben que de la noche a la mañana  no se forma la piedra filosofal, pero yo creo, que existen  aquellos que tienen posibilidades y con la intención que tengan, se comienzan  a esclarecer muchas cosas. La sexualidad da vida hacia afuera y hacia adentro. Si da vida hacia adentro, surge y nace ese bebe solar, ese cristo, esa piedra filosofal que es el quinto centro en plenitud. Después existe un polvo de proyección que es capaz de transmutarlo todo e inclusive los metales en oro.

Esto no es una locura porque la ciencia tiene conocimiento de esto desde la década del 60. Los aceleradores de partículas, como el CERN que está en Suiza, vieron que era posible transmutar el plomo en oro. No han realizado esto de forma masiva porque para llevarlo acabo, se necesitan grandes cantidades de energía. No es redituable el gasto porque es mayor de aquello que se puede producir. Esto sin duda alguna, nos está diciendo que los alquimistas tenían razón.

Por lo tanto, los invito que de forma consciente trabajen la alquimia, aprovechen el prana, lo lleven a ese centro vital, lo fijen ahí;  y que de forma consciente hagan ascender esa energía para fijarlo en el quinto chacra. Ese es el proceso alquímico que va a ir  logrando esos milagros tan buscados y anhelados. Con todo esto, no estoy diciendo que haya dicho todo sobre la gran obra, pero si he aclarado mucho más  puntos que la mayoría de los alquimistas.

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