Durante toda la vida se nos ha dicho que busquemos la felicidad y el éxito para así sentirnos realizados y completados. Pero la realidad es que muchos maestros espirituales han dicho que este planeta Tierra es un hospital.

Y lo que nos recomiendan es enfocarnos en la sanación espiritual. Ya que no venimos a ser felices, venimos a sanar todas y cada una de las heridas que nuestra alma ha acumulado a lo largo de nuestras distintas encarnaciones.

La felicidad, es un resultado de realizar la sanación espiritual y para iniciarte en la sanación espiritual, te recomiendo que leas con atención lo siguiente.

“No venimos a ser felices. Venimos a sanar.”

La persona que este incauta o volando bajo se preguntará:

¿Cómo que no venimos a ser felices? Si a mí me han enseñado que lo más importante y fundamental es ser feliz en la vida. Es más, debo y tengo que hacer todo lo que me haga feliz.

La felicidad casi pareciera es el norte de nuestra vida, esa brújula que nos indica hacia donde tenemos que ir.

¿No es así? ¿Acaso no concebimos nosotros la felicidad realmente como nuestra gran guía? ¿Nuestro gran señalamiento hacia aquellas cosas que nosotros queremos experimentar, vivir y ser?

Perfecto. Pues no es así mis queridos amigos. Lamentablemente eso es una trampa y ahora lo vamos a analizar, a desmenuzar y vamos a intentar asimilar todos nosotros para lograr una comprensión aún mucho mayor de la que teníamos y poder avanzar un poco en este nivel de conciencia que cada uno de nosotros tiene.

El venir a este mundo, el reencarnar y el estar en un cuerpo, es una maravillosa oportunidad de crecimiento y de avance; todo eso nosotros lo hemos comprendido lo hemos entendido, ese avance ese crecimiento ese desarrollo al cual nosotros debemos de preservar como lo más importante en nuestra vida ha sido dejado a un lado hace allá bastante tiempo algunos miles de años diría yo y se ha puesto  lugar la felicidad en lugar del crecimiento, el desarrollo y el avance.

Al cual yo llamo venimos a sanar. Ya vamos a entender porque la base del crecimiento es la sanación personal real y verdadero. La sanación no es curar nuestros dolores la sanación no es sanar únicamente nuestras heridas. La sanación real va mucho más allá de la curación es una armonización, una alineación, es un desarrollo completo a nivel mental, emocional y físico del cual debemos de lograr.

Entonces recién decíamos que en esta sociedad hedonista en donde solamente se busca el placer y la felicidad, el crecimiento, el desarrollo y todo aquello que implique un esfuerzo real y verdadero a nivel espiritual y nivel interno; ha estado en estos por lo menos dos mil o tres mil años, como algo secundario, como una meta, como un propósito del cual si ahí está de repente hay maestros que vienen y nos recuerden, pero nosotros siempre optamos por la felicidad.

Siempre optamos por aquello que nos da placer y elegimos aquello que está al alcance de nuestras manos y que no signifique tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tanto trabajo- Entonces claro ese crecimiento, ese desarrollo y ese avance se estanca nos quedamos ahí aletargados y no solo durante algunos años o durante alguna vida o algunas pocas vidas.

La mayoría de nosotros está estancado en las mismas lecciones. Esto ya es momento de que debe ser expresado y debe ser revelado – este mundo se creó para que fuera una escuela. ¿Si sabían todos ustedes? entendían esa parte es más creíamos que era así.

Este mundo es una escuela decíamos todos. Déjenme decirles que desde hace algunos milenos se transformó en un hospital. Paso a ser un lugar donde las almas no estamos aprendiendo sino tenemos que sanar y claro el titulo dice no venimos a ser felices venimos a sanar.

Por lo pronto les revelaré lo siguiente. En estos últimos dos mil años esta humanidad ha dejado de ser un hospital y se ha transformado en un leprosario. Se ha transformado en un sitio donde venimos las almas enfermas y no hay posibilidades de sanación y de mejoramiento y de avance.

¡Desde hace dos mil años! Se nos ha convencido que Jesús vino a limpiar nuestros pecados del mundo y desde hace dos mil años estamos salvos. ¡Es una gran mentira! una gran falacia y un engaño terrible. Jesús vino a mostrarnos el pecado que había en el mundo. Hasta el mismo dijo: Padre perdónalos no saben lo que hacen.

Él pago con su propia muerte los pecados del mundo, pero eso no significa que se los llevó. Vino a mostrarnos esa gran crueldad, esa inconsciencia, esa maldad, ese egoísmo. Hasta el día de hoy sigue todo eso sigue existiendo y nos hemos sumergido aún más.


Siempre optamos por aquello que nos da placer y elegimos aquello que está al alcance de nuestras manos y que no signifique tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tanto trabajo- Entonces claro ese crecimiento, ese desarrollo y ese avance se estanca nos quedamos ahí aletargados y no solo durante algunos años o durante alguna vida o algunas pocas vidas.

La mayoría de nosotros está estancado en las mismas lecciones. Esto ya es momento de que debe ser expresado y debe ser revelado – este mundo se creó para que fuera una escuela. ¿Si sabían todos ustedes? entendían esa parte es más creíamos que era así.

Este mundo es una escuela decíamos todos. Déjenme decirles que desde hace algunos milenos se transformó en un hospital. Paso a ser un lugar donde las almas no estamos aprendiendo sino tenemos que sanar y claro el titulo dice no venimos a ser felices venimos a sanar.

Por lo pronto les revelaré lo siguiente. En estos últimos dos mil años esta humanidad ha dejado de ser un hospital y se ha transformado en un leprosario. Se ha transformado en un sitio donde venimos las almas enfermas y no hay posibilidades de sanación y de mejoramiento y de avance.

¡Desde hace dos mil años! Se nos ha convencido que Jesús vino a limpiar nuestros pecados del mundo y desde hace dos mil años estamos salvos. ¡Es una gran mentira! una gran falacia y un engaño terrible. Jesús vino a mostrarnos el pecado que había en el mundo. Hasta el mismo dijo: Padre perdónalos no saben lo que hacen.

Él pago con su propia muerte los pecados del mundo, pero eso no significa que se los llevó. Vino a mostrarnos esa gran crueldad, esa inconsciencia, esa maldad, ese egoísmo. Hasta el día de hoy sigue todo eso sigue existiendo y nos hemos sumergido aún más.

Pero tengo buenas noticias. Estamos saliendo de esa etapa. Muchas de las almas están queriendo salir de ese pozo, están empezando a despertar, y buscan descubrir ese poder interno para salir de esa condición de miedo, inseguridad y duda. Todo con el fin de empezar a manifestar y expresar esa fuerza interior. Ese poder crístico que existe.

Si ustedes están aquí leyendo esto, si hemos coincidido en este momento no es casualidad. Nosotros estamos para despertar, avanzar y el salir de la condición en la que nos encontramos. Sin ningún lugar a dudas ustedes ya han salido de condicionamiento, pero todavía no estamos salvos, ni un estado óptimo, aún no nos encontramos en la condición en la que merecemos estar.

Eso hay que reconocerlo todos nosotros. El hecho de que hayamos encarnado en estos tiempos son tiempos maravillosos, fantásticos, de gran evolución, de cambios energéticos; pero es que realmente esta humanidad ha tocado fondo en todos los niveles.

Si bien estamos saliendo todavía nos encontramos en un estado de inconsciencia muy grande. Ya es tiempo y momento de que todos nosotros nos empecemos a apoyar, a estar mucho más conscientes y retomemos esa misión, ese propósito de sanarnos a nosotros mismos. Porque no hay un sanador fuera.

Aquí es donde pongo mucho énfasis. Lamentablemente todavía creemos que hay posibilidad para nosotros de ser felices, la posibilidad de mejorar y avanzar debe y tiene que surgir de una figura externa a nosotros y no es así.

Las personas que están fuera en este caso como es mi función hablar de estos temas simplemente somos vehículos y canales para recordarnos que es fundamental e importante retomarnos a nosotros mismos. Pero el trabajo no lo va a retomar otra persona que no sean ustedes mismos. El poder se encuentra detrás de todo ese miedo, de esas inseguridades, de ese dolor y por sobre todas las cosas, detrás de esa dependencia.

Es increíble la dependencia que nosotros tenemos en todos los aspectos. Dependencia física y material. Por ejemplo si no tengo tal carro, tal casa, sino estoy en tal sociedad, apellido o tal raza no soy feliz. Me siento víctima, poca cosa. También nos encontramos con la dependencia emocional, amorosa, y sentimental.

La gente sufre porque cree que la felicidad está en esa persona, esa pareja que ahora está por irse, que ha perdido o que no la han querido como ha pretendido. Queremos forzar a las personas a que cumplan nuestras necesidades y carencias. Por ende vamos a sufrir.

Porque las personas que nosotros tenemos a nuestro alrededor (principalmente las parejas) son una proyección de nuestro inconsciente. De aquellas cosas positivas, pero también de cosas negativas. Nos ponemos sumamente felices si nos sentimos totalmente y absolutamente completos porque esa pareja nos exprese y manifieste el amor. Después caemos en el dolor, sufrimiento y abandono cuando sentimos el desprecio y el rechazo.

Nuestra felicidad y alegría no debe de depender a la aceptación o rechazo de las otras personas. No es que la felicidad este mal. La felicidad es el resultado de esa sanación, de ese completarnos a nosotros mismos. Como es posible que haya personas que no tengan paz, no descansen y se sientan sumamente preocupadas porque no tienen la aprobación de su jefe, familia, padres o amigos. Que vivamos teniendo miedo al futuro o que sigamos arrastrando ese no haber hecho en el pasado.

Todavía existen muchas dependencias que no nos permiten ni nos dejan a nosotros sentirnos sanos, firmes, completos y confiados. Enfermedad es no estar alineado ni estar fuerte.

La enfermedad en sí misma no existe, existe la debilidad, la duda, los miedos, las inseguridades. Por eso es que en ese terreno, todos nosotros debemos avanzar en sanarnos. Porque una vez que estemos sanos, completos, que ya no tengamos miedo; nos vamos a integrar a una nueva realidad que va a surgir para todos nosotros.

Esa que se ha llamado la cuarta dimensión. En estos momentos nos encontramos en una tercera. Ahora corresponde que entremos a esa cuarta dimensión y que recuperemos este escenario que se llama Tierra. Este planeta debe renacer como un lugar y un sitio para aprender y para crecer. Esta realidad era así hace unos diez mil años.

Así era el planeta. Esta no es la primera humanidad. ¿Han escuchado hablar de los Atlantis, de los lemurianos y otras humanidades de las cuales no tenemos registro? La ciencia nos dice a nosotros que el ser humano comenzó hace diez mil años y las primeras civilizaciones hace cinco mil años; pero no confíen tanto en la ciencia o la historia. La historia oficial que estudiamos es objetiva y los que la escriben son los ganadores que proporcionan información según sus conveniencias. Lo mismo ocurre en el caso de la ciencia.

Existen vestigios y pruebas contundentes de un saber y sabiduría aquí en México. Inclusive de civilizaciones anteriores a la maya y a la azteca. Pero claro que ni se nos ocurra seguir escarbando, hurgando y mucho menos revelar estas cosas porque entonces se nos desmorona todo este sistema tal cual lo concebimos. Se cae a pedazos.

Entonces, esta élite gobernante siempre ha tenido el poder de andar tapando todo lo que no es conveniente saber; y más ahora que la humanidad tiene medios de comunicación por donde buscar e investigar su propia verdad. Y no sólo de aquella que nos enseñan a través de las universidades, escuelas y noticieros.

Es necesario que para despertar y avanzar espiritualmente, todos nosotros tengamos una mente abierta y un corazón abierto. De esta forma, es como podremos empezar a manifestar y expresar cosas nuevas en este mundo. Estas humanidades  que existieron hace 11 mil o 12 mil años atrás, eran civilizaciones muy superiores a la nuestra.

Contaban con una tecnología que para nosotros es inconcebible hasta el día de hoy. Como ellos tenían acceso a los seres que radican en la cuarta dimensión  y veían este mundo mucho más allá de los aspectos físicos; la información y la sabiduría era mucho más adelantada que la que tenemos en la actualidad.

Con toda esta información que les he proporcionado no les pido que me crean pero sí que investiguen, exploren y se cuestionen.

Para empezar a alcanzar la sanación espiritual necesitamos comenzar a despertar la visión espiritual, sanando los tres primeros centros que existen dentro de nosotros. Con ellos recuperamos nuestro poder, seguridad, fuerza, y vitalidad.

A continuación te presento un ejercicio para la sanación de estos tres primeros centros. Es un ejercicio para el día a día.

Primeramente se realiza un centrado y previa conexión con las altas vibraciones pidiendo a los ángeles, a los maestros, a los seres de luz por su asistencia ya que ellos son los que van a ayudarnos. Debemos estar acostados para realizar este ejercicio. Empiecen a visualizar que extienden sutilmente sus dedos empezando por el de la mano izquierda y después el de la mano derecha (como el joven manos de tijera).

Después empezamos a  trabajarnos directamente sobre los centros.   Centro por centro visualizando, eliminando la contaminación que tenemos en el primer centro, el segundo y lo hacemos también en el tercero. Es muy posible que lo vayas a sentir (como si te estuvieras metiendo la mano).Debemos de estar certeros de que esto está sucediendo porque ahí es donde radica el poder. Infórmate de las características y cualidades de cada uno de los primeros tres centros y vean en donde se encuentran sus mayores debilidades.

Teniendo los tres primeros centros en sintonía, el centro del corazón (que es el cuarto) se abre por sí solo. El amor empieza a expresarse y a manifestarse. ¿Saben lo que es el amor? es la unidad con todo. Nosotros creemos que es el romanticismo, el encontrar al chico(a) adecuado(a) y al cual voy a vivir eternamente con él o ella. ¡No! Creo que ya hemos despertado del enamoramiento que no tiene nada que ver con el amor. El amor es algo sublime, elevado y solo una persona sana, que no tiene dependencia, ni vicio puede conocer el amor. Porque de eso se trata el estar aquí. De transmutar las energías del miedo en amor. O es miedo o es amor.

A cada momento estamos eligiendo y es lamentable que el miedo haya tomado tanta fuerza en estos dos mil años. Debemos de salir de esa condición el miedo. ¿Por qué creen que todas estas situaciones están ocurriendo en el mundo? ¿Por qué creen que está ocurriendo en México?

El miedo es algo que se ha promovido de las más altas esferas, por estas entidades que antiguamente se les han llamado demonios. Ellos son los que han tenido el poder de este mundo. Ya es momento que se les acabe el reinado. Aunque eso no depende de ellos, depende de nosotros. Si seguimos sosteniendo el miedo, estamos eligiendo esta vida en donde nuestra alma va a ser lunar. ¿Qué significa ser un alma lunar? Un alma mortal. Se nos ha dicho que el alma es inmortal y lo es, siempre y cuando llegue a ser solar. Un alma solar expresa y manifiesta el Cristo. Que es el universo, la divinidad, el dios interior. Sólo así vamos a ser solares, solo así vamos a ser inmortales. La vida del alma si no pasa a ser lunar a solar tiene caducidad. Y esto en sí no es muy conocido. Puede durar algunos millones de años pero muere. Sí no genera la consciencia adecuada para transformarse en un alma solar.

Por fin estamos saliendo de ese leprosario, de ese estancamiento. ¡Maravilloso! Ahora hagámonos cargo de nosotros mismos, empoderémonos de nosotros mismos, recuperemos la voluntad la sobriedad, la consciencia; y dejemos de poner la felicidad fuera de nosotros. Porque no hay nada afuera, todo está adentro.

Si ustedes se dan cuenta, pueden alcanzar ese punto en donde se sientan completos estén en donde estén o con quien estén. Si es así, habrán alcanzado la felicidad que  surge por sí sola. Así se presenta la dicha, el bienestar, la salud, la paz. Algo tan importante y termina el trabajo. Ahí es donde recién comienza el aprendizaje.

Nosotros no podemos aprender hasta que no estemos sanos, por eso no vienen los maestros, no se materializan ni se presentan. No se comunican telepáticamente con nosotros para guiarnos o para orientarnos. Por lo menos con la gran mayoría de la gente. Porque necesitamos salud. Los maestros no van hacer el trabajo por nosotros. Nosotros lo tenemos que hacer. Ellos siempre están dispuestos a servir y ayudar. Es lamentable saber que hay más maestros dispuestos a ayudar que personas en ser ayudadas. ¿Cómo es posible? Es así por el simple hecho de que estamos enfermos. ¿Entendemos entonces lo importante que es sanarnos a nosotros mismos?

Tenemos terapias y técnicas que pueden ayudarnos. Una de ellas es el Reiki, que es canalización de energía. Hay otras técnicas similares que sin ningún lugar a dudas son muy buenas. Otra técnica es el Hoponopono. ¿Han escuchado de él? Lo siento, perdón, te amo, gracias. Esto aplica a toda situación y a toda persona. Recuerden que la práctica hace al maestro. Ese decreto, ese sentimiento es para que yo pueda aprender. No debo vivir apegándome a situaciones o personas que solo están ahí para mostrarme algo.

Entonces mi vibración va ir cambiando e iré empoderándome de mí mismo. Todas las larvas, parásitos sutiles energéticos que existan dentro mío tendrán que abandonar mi cuerpo físico, mental, emocional y solo a partir de ahí estaré sano. Tan en paz como un niño. De esa manera podré aprender a escuchar a los maestros y  los seres de luz. Mi ayuda empezará a ser para la humanidad y el planeta. Hace rato comentaba que estamos saliendo del hoyo. Todos juntos debemos hacer fuerza para seguir avanzando en esa dirección.

¿Cómo? Haciéndonos cargo de nosotros mismos cada uno con la labor que le corresponde. Dejen de echar culpas y de responsabilizar a otros. Somos nosotros los que estamos creando la realidad que tenemos, y si proyectamos una realidad donde hay personas que engañan, mienten, traicionan y se transforman en personas crueles; es por algo. Yo lo estoy creando para que me enseñe algo. Debo y tengo que verlo así. Solo así será sanando y estaré despertando a esa realidad de la cual yo me merezco. ¿Entendido?

Este tipo de situaciones pasan porque los mismos seres de luz lo permiten. Pero tiene un propósito. Las almas que logran ascender y transcender frente a esta adversidad van a convertirse en almas increíbles, almas que luego se van a transformar en maestros de otras almas. Ese es el maravilloso destino para todos nosotros. No debemos de olvidar eso. Todos nosotros tenemos que trabajar en conjunto para la luz que es mucho más poderosa.

Siempre contamos con claros ejemplos de lo tremendamente poderosos que son la luz, el bien y el amor. Es circunstancial el  efecto de la oscuridad y la ignorancia; siempre y cuando queramos salir de esa condición. Y es así como despertamos a una realidad muy superior.

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